DÚO - Dorleta Ortiz de Elguea - Detritus
Dúo
no tiene temática.
Es el homenaje a una coincidencia, a una misma disposición y
a una misma pulsión: Pintura.
La
devoción por el retrato del judío ahogado rescatado en el Rhin que Hans Holbein el Joven inmortalizó
copiandolo minuciosamente en un depósito de cadáveres en la obra maestra
¨Cristo Yacente¨. La contracción
muscular ante toda la corriente expresionista, incluyendo en ella a su opuesta
de la Nueva Objetividad. La intensa emoción ante el vibrante cromatismo de los
Nabis. La veneración por aquellos que trascienden la propia Pintura a través de ella, (Mondrian, Vermeer, Rothko,
DeLa Tour…) sintiendo lo que Kandinsky dio en llamar “De lo espiritual en el
Arte”. El descubrimiento de extrañas conexiones entre pintores tan dispares
como Wols y Buffet. La empatía con los pintores más malditos, oscuros y
desoladores. La exaltación ante el más duro Bacon, azul y negro, de la década
de los cincuenta. La rendida admiración por todas las corrientes y los ismos,
estilos y manifestaciones habidas y por haber desde el arte parietal hasta
nuestros días. La atracción por lo negativo y sublime. La fascinación por el
verde vejiga, que nos arroja al unísono a las ciénagas procelosas del
inconsciente humano. El índigo en todo
su esplendor….En suma, el hecho de percibir la Pintura, tanto en el pigmento
como en su aplicación con el mismo entusiasmo.
Todo esto y mucho más es lo que nos une en fraterna amistad y lo que nos ha impulsado a realizar esta exposición conjunta en la cual nos despojamos de todo pudor para enseñarles, aquí y ahora, los frutos que recogemos nacidos de la necesidad febril, de ese ansia imprevisible que nos apremia a expresar.
Todo esto y mucho más es lo que nos une en fraterna amistad y lo que nos ha impulsado a realizar esta exposición conjunta en la cual nos despojamos de todo pudor para enseñarles, aquí y ahora, los frutos que recogemos nacidos de la necesidad febril, de ese ansia imprevisible que nos apremia a expresar.
Dorleta
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